jueves, 13 de mayo de 2010

Carta Manuela Gallegos

Quito, 27 de Abril del 2010

Estimados compañeros de ideales y sueños:

Hoy recibí la convocatoria a la Asamblea de la Dirección de Pichincha (probablemente se olvidaron de borrarme de su lista), en los últimos días algunos militantes de PAIS, han compartido conmigo sus preocupaciones por lo que sucede con el movimiento y el proceso. Esto me hizo tomar la decisión de compartir con ustedes lo siguiente:

En estos días se han evidenciado como nunca antes las grandes diferencias internas en PAIS, que ponen en riesgo esta oportunidad histórica de cambio del Ecuador.

Estoy segura que la mayoría de ustedes, sino son todos y todas, coinciden con mi convicción de que la “Revolución Ciudadana”, no es un slogan de campaña, sino que tiene un profundo contenido humano, social y sobre todo de principios.

La injusticia en todos sus ámbitos, el manejo político y la distorsión de la democracia manifiesta en el control político por pequeños grupos, han producido reacciones sociales expresadas a través del tiempo. Una vez más, en la historia reciente, el pueblo de Quito levantó su voz para protestar contra el perverso manejo político en función de intereses de una persona o un grupo, lo que devino en el glorioso 20 de Abril del 2006.

Ese fue el espacio que abrió la posibilidad a una nueva propuesta, que luego se conocería como Revolución Ciudadana, la que marcó la diferencia con 5 ejes claros que despertaron la esperanza de verdadero cambio.

El principal enemigo de esta nueva propuesta fue la denominada PARTIDOCRACIA y sus habituales manejos oscuros de la política, con la imposición del pensamiento de unos pocos “líderes-dirigentes” del grupo en función de sus intereses.

Para mi, el concepto más REVOLUCIONARIO de esta propuesta fue el de CONSTRUCCION COLECTIVA, desde la participación amplia y conciente de ciudadanos y ciudadanas comprometido/as con el bien común y la justicia para todo/as.

No podemos poner en riesgo esta oportunidad histórica con un silencio cómplice sobre lo que está mal; no podemos ser indiferentes ante el manejo político y las expresiones de ciertos representantes de PAIS que se asemejan cada vez más a los personajes oscuros del pasado; no debemos callar ante la imposición de criterios emitidos por personas que se “unieron” al proceso cuando se habían ganado elecciones y ahora se ven como las guías políticas del mismo u otros que quieren que este proceso social sea visto como el triunfo de una campaña publicitaria.

Si bien es cierto, el Presidente Correa es el “líder” de este proceso, es anti-revolucionario verlo como el “ungido” para construir la Historia.

Recuerdo el día en que lo conocí y me convenció con sus claros conceptos sobre lo que necesitaba el Ecuador y como coincidimos en que nuestro país, definitivamente no necesitaba un Mesías, sino justamente lo contrario: construir ciudadanía comprometida con el bien de las mayorías. ¿Coincidimos todavía?

El deber de quienes tuvimos la oportunidad histórica de colaborar con este proceso, es con el Ecuador, con su pueblo, con la justicia y la transparencia. El no cumplir con esto, nos condenará a rendir cuentas ante la historia.

A veces, y lo digo por experiencia, cuando estamos todo el tiempo sumergidos en el trajín diario de lo que demanda nuestro trabajo político, nos olvidamos que hay otras realidades y nos volvemos ciegos más allá de lo que queremos y podemos ver.

Desde fuera veo que el PROCESO va perdiendo espacios a pasos agigantados, que los profundos conceptos revolucionarios se flexibilizan y se adaptan a ciertas conveniencias, pero sobre todo veo que muchos vacíos se remplazan con dádivas sociales. ¿Populismo?

Aprovecho para explicar el por qué salí de PAIS, que no es lo mismo que haber renunciado a mi compromiso de conciencia y corazón con los contenidos de la propuesta original. Fue la única forma que encontré, para expresar mi protesta contra las distorsiones evidentes y por ciertas formas inexplicables asumidas por el Presidente. Creo que todos conocen mi convicción de que ser revolucionario, es ante todo ser COMPAÑERO en su más profundo sentido. ¿Cómo podemos enfrentar al inmenso poder de los de siempre, sino unidos?

Quiero dejar claro mi apoyo a los valientes COMPAÑERAS y COMPAÑEROS Asambleístas que han luchado por sus principios y han defendido las causas que nos unieron en la construcción de un nuevo Ecuador sin hechos vergonzosos como los que hemos visto estos días.

Desde todos los espacios que me permite la vida he defendido y seguiré defendiendo el verdadero sentido de Revolución Ciudadana, tengan la convicción de que estoy con todos los militantes de PAIS que siguen luchando por el gran sueño que nos unió un día con la esperanza de cambio radical de nuestro país.

Manuela

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